Origen de las Pilas Bautismales
En la antigüedad las pilas bautismales eran usadas en las
ceremonias de bautismo, sin embargo, no siempre se hizo uso de esta tipología.
En la era apostólica, este sacramento no hacía uso de pila ya que se realizaba
en la costa, arroyos, estanques de agua o ríos. Sin embargo, paralelamente a
este tipo de bautismo se daba aquel realizado bajo techo, que con el tiempo
llegó a ser el estipulado, dotándole de un objeto especial para su realización,
como la jofaina o pila.
A partir de la
construcción de las iglesias del siglo IV las pilas se incluyen en los
baptisterios, tomando la misma forma de estanque circular u octogonal dispuesto
por debajo del nivel del suelo o parcialmente levantado por encima de él por un
brocal bajo de mampostería accesible por escalones. Con el paso del tiempo la
religión mayoritaria fue el cristianismo y por ello se dio un aumento del
bautismo de niños ya criados en la fe cristiana. Esta evolución del bautismo de
adultos a niños provoca un cambio en la estructura de las pilas bautismales,
reduciendo su tamaño.
Existen diferentes tipologías de copas: semiesféricas, octogonales, cilíndricas, troncocónicas, etc. Los fustes en su mayoría son cilíndricos y las basas y pedestales de forma cuadrada, circular o poligonal. La copa es la parte de mayores dimensiones de la pila y a su vez se divide en otras tres partes: borde superior, cenefa y la superficie inferior. Es la zona que tiene más presencia decorativa de motivos geométricos, vegetales y figurativos, pero siempre relacionado con la simbología cristiana del bautismo.
Existen diferentes tipologías de copas: semiesféricas, octogonales, cilíndricas, troncocónicas, etc. Los fustes en su mayoría son cilíndricos y las basas y pedestales de forma cuadrada, circular o poligonal. La copa es la parte de mayores dimensiones de la pila y a su vez se divide en otras tres partes: borde superior, cenefa y la superficie inferior. Es la zona que tiene más presencia decorativa de motivos geométricos, vegetales y figurativos, pero siempre relacionado con la simbología cristiana del bautismo.
Colmenares de Ojeda
La Iglesia de San Fructuoso de Colmenares de Ojeda posee una de las
más espectaculares pilas románicas de la provincia. Sin duda nos hallamos ante una joya de este estilo. Está datada en el siglo XII.
Se eleva sobre un breve
pedestal troncocónico decorado con
motivos vegetales y mascarones monstruosos. Por encima se sitúa la copa de forma
troncocónica invertida que es de unas dimensiones considerables; 123 cm. de diámetro y 85 cm. de altura.
Por debajo de la embocadura podemos
ver una orla de pequeños flecos que forman un dosel de semibezantes por encima
de la figuras.
En la cuba de la pila se disponen varias escenas; la primera es un
tema de bautismo, con una pila tallada en el centro en la que vemos un niño al
que sostiene un personaje adulto y que está siendo bautizado por inmersión por
un clérigo tonsurado que bendice con su mano derecha mientras que con la
izquierda rocía agua en la cabeza del pequeño.
Más a la derecha, presencian
la escena una mujer con barbuquejo y un hombre sosteniendo una cruz, mientras
que a la izquierda aparecen otros dos personajes acompañando otros tantos niños,
de los que uno está de pie y otro en brazos del adulto.
Junto a la escena del bautismo,
podemos ver un grifo rampante extraordinariamente tallado y situado dentro
de una maraña de follaje vegetal. Los grifos son anímales fantásticos formados
por cabeza y alas de águila con cuerpo de león que se consideran como
guardianes del templo. Fue incorporado a los
bestiarios pasando a formar parte de los programas iconográficos figurativos
religiosos y adoptando diversos significados.
Otra escena es la representación de las Tres Marías ante el
sepulcro de Cristo, donde aparecen
portando unos tarros, encontrando el sepulcro vacío cuya tapa abre un
ángel junto al que aparece otro ángel turífero.
También aparecen varios soldados
ataviados con cotas de malla. Al lado
aparecen dos personajes abrazados y otro colocando su mano sobre el hombro de
uno de ellos.
El lugar tradicional de colocación de las pilas bautismales ha sido
siempre el lado del Evangelio, sin embargo, esta pila bautismal de Colmenares
de Ojeda, al hallarse descontextualizada de su emplazamiento original podemos
ver cómo ha variado de localización, hallándose ahora en el presbiterio de la Epístola.
Cillamayor
Esta pila se encuentra actualmente en la iglesia palentina de Santa
María la Real de Cillamayor. Durante
muchos años ha estado expuesta en el Museo del Castillo de Ampudia y no hace muchos años regresó a su lugar de origen, después de haber formado parte de una
colección privada.,
La pila bautismal que hoy por suerte podemos contemplar en la
iglesia de Cillamayor está datada en el siglo XII. Su forma es troncocónica
invertida, con gallones en el interior. En su cuba presenta una decoración
formada por un entrelazo a modo de laberinto.
Este laberinto, que rodea a una pequeña cruz central, según algunos
autores parece representar una versión de la Jerusalén Celeste: el “Camino a
Jerusalén” que representaban los laberintos medievales.
Junto a él aparece la figura de un personaje ataviado con camisa y
faldellín, que adelanta su brazo izquierdo señalando un laberinto mientras que
en su mano derecha porta un objeto alargado.
Para interpretar esta figura los expertos no se ponen todos de
acuerdo, para la mayoría podría tratarse del autor Pedro de Cilla, cuyo nombre
vemos en la inscripción grabada en la pila en la que dice “PEDRO DE CILLA ME
FIZO”, y lo que porta en su mano sería la herramienta utilizada para tallar la
piedra.
Otros sostienen que se representa una escena de la Consagración de
las Aguas Bautismales, y que lo que lleva en su mano es un hisopo, pero yo no
acabo de entenderla, pues el personaje no lleva ningún distintivo sacerdotal
Por suerte tras más de cincuenta años, la pila bautismal románica hoy
la podemos contemplar en su ubicación de origen que es la iglesia de Santa
María la Real de Cillamayor. El regreso
de esta extraordinaria pila medieval ha
sido posible gracias a un acuerdo múltiple entre distintas instituciones.
Abia de las Torres
En la iglesia de Nuestra Señora de la Asunción podemos contemplar
una de las mejores pilas románicas de la provincia de Palencia. En la nave del Evangelio, está colocada esta
pila bautismal románica que antes estaba a los pies de la iglesia. Es de forma
troncocónica y mide 120 cm de diámetro
por 86 de altura.
Toda la copa está decorada
con relieves en los que nos muestran tres escenas: En la primera se encuentra
el Pantocrátor envuelto en almendra rodeado por los símbolos de los
evangelistas.
A continuación se narra el bautismo de Cristo, representado por
tres ángeles de pie que llevan en su manos los lienzos y un libro; San Juan
sosteniendo el jarro de agua que vierte sobre la cabeza de Cristo y lo que es muy raro en las representaciones
románicas del bautismo de Jesús, la figura de la Virgen que asiste al acto.
La última escena de la pila recoge la figura de un gran dragón
alado, bajo la Cruz de Cristo. La base
no es la original que no sabemos muy bien cómo ha desaparecido, pues ahora
vemos un simple cilindro de tosca piedra.
En cuanto a cronología, ya
se trata de una pila del románico tardío del siglo XIII, pero que todavía
guarda todas las características del románico.
Cantoral de la Peña
En la iglesia parroquial de Santa Ana de Cantoral de la Peña se
conserva junto al altar una interesante pila bautismal que mide 110 cm. de
diámetro y 81 cm. de altura. Su forma es
troncocónica invertida.
La decoración de la copa se centra en una serie de escenas entre las que destaca la
temática de caballeros y que son las siguientes: Un caballero que ha descendido
de su caballo, se enfrenta a pie y armado con escudo y espada a un dragón alado con cola de serpiente, que muerde el
escudo del caballero, que parece que está ayudado por un ángel que le
protege. (Una escena parecida vemos en
el tímpano de Santa María de Yermo en Cantabria).
Por detrás del dragón vemos tres figuras sacerdotales bajo unas arcaduras
de medio punto. El personaje del centro lleva vestimenta sagrada y empuña con
la izquierda un báculo y con la derecha bendice.
La última escena de la copa son dos grifos afrontados que muerden un
objeto de difícil de identificar.
En la embocadura de la pila vemos entrelazos ondulantes que llevan
inscritos en su interior una guirnalda de flores octopétalas bajo la cual
aparecen una serie de arquillos. También
en la parte de abajo aparecen estos arquillos invertidos.
La basa está bastante deteriorada debido al tiempo que permaneció
enterrada en su anterior ubicación, pero todavía podemos ver una buena
decoración de sogueado y una vástago vegetal que sale de la boca de unos leones,
La cronología de esta pila si nos atenemos a que los arquillos ya
tienen un ligero apuntamiento nos llevaría a los años finales del siglo XII.
En su datación no se ponen de acuerdo los expertos en románico,
pues mientras unos dan la fecha que coincide con el friso exterior, otros ven
unas formas más toscas y rudimentarias que ya nos llevarían a comienzos del
siglo XIII. Quizá un maestro popular
sería el encargado de tallar el apostolado tomando como modelo el que vemos en
el exterior.
En cuanto a los personajes representados en el contorno de la pila
no deja de extrañar que en ella figuren catorce figuras y no las trece que
corresponderían al Pantocrátor con el apostolado. Aquí vuelven a discrepar los
entendidos, aunque después de comprobar todas sus explicaciones yo me inclino
en que la decimocuarta figura corresponde a la Virgen María.
Como hemos dicho, en la cuba de la pila podemos ver catorce
personajes, que serían, los doce apóstoles bajo arquillos portando libros y
otros objetos apenas reconocibles.
Para evitar su desmoronamiento en una de las intervenciones pusieron una cinta metálica alrededor de todo el perímetro de la pila, lo que no nos permite ver si aparte de la orla sogueada que adorna la embocadura hay alguna decoración más. En la parte inferior aunque muy deteriorada vemos una estrecha banda de sogueado.
Moarves de Ojeda
Esta pila bautismal que podemos contemplar en la iglesia de San
Juan Bautista de Moarves de Ojeda ha pasado por numerosas vicisitudes desde que
fue trasladada desde su antigua ubicación,
por problemas de humedad, hasta el lugar donde ahora se encuentra.
A finales del siglo pasado se realizaron diferentes restauraciones
intentando conservar los pocos restos que quedaban en buen estado. Debido a
esas intervenciones a las figuras de los apóstoles estos perdieron los detalles
de sus rostros.
En el centro, el Pantocrátor o Cristo en Majestad portando un libro
y bendiciendo con la mano derecha y a su lado María.
Para evitar su desmoronamiento en una de las intervenciones pusieron una cinta metálica alrededor de todo el perímetro de la pila, lo que no nos permite ver si aparte de la orla sogueada que adorna la embocadura hay alguna decoración más. En la parte inferior aunque muy deteriorada vemos una estrecha banda de sogueado.
Calahorra de Boedo
En la localidad de Calahorra de Boedo, y en su iglesia de Nuestra Señora de las Candelas podemos
contemplar otra de las mejores pilas bautismales románicas de la provincia de
Palencia. Tiene forma troncocónica invertida y mide 128 cm. de diámetro y 80
cm. de altura, más 30 cm. de la basa en la que se sustenta.
Tiene una iconografía de gran calidad, pero desgraciadamente la
parte superior de su embocadura estuvo muy deteriorada. Hace algunos años esta pila sufrió una
restauración, en mi opinión sin demasiado éxito, pues me parecía más natural
como estaba antes de restaurarla. Este conjunto iconográfico es de gran
calidad, ya que las figuras tienen un relieve muy marcado.
En la superficie de su cuba podemos ver representadas dos escenas
que nos indican la correspondencia entre el sacramento del bautismo y la idea
de muerte y resurrección de Jesucristo, en la que vemos a las “Tres Marías” con
velas y óleos en las manos, ante el sepulcro vacío, mientras un ángel les
anuncia la Resurrección de Cristo y levanta la tapa del sarcófago y vemos otro
ángel, este turiferario. A los lados aparecen un grupo de soldados en profundo
sueño.
En esta representación del Anástasis vemos un grupo de personajes
diabólicos que huye por la puerta opuesta a la abierta por Cristo, grupo presidido
por la gran figura de Satán. Su cuerpo
responde a una de las más comunes figuraciones románicas del diablo, cubierto
por un espeso pelaje que remata por una gran cabeza rugiente y cornuda.
La base de la pila está decorada con una cenefa de flores
cuatripétalas inscritas en círculos. Por
encima corre una banda de sogueado y por debajo una serie de tacos geométricos.
La datación cronológica de esta pila podría ser de mediados del siglo XII y
parece muy relacionada con el taller que trabajaba en el monasterio de Santa
María la Real de Aguilar entre los años 1180 y 1200.
Rebanal de las Llantas
La pila bautismal que podemos contemplar en la iglesia de San
Salvador de Rebanal de las Llantas está fechada a finales del siglo XII,
realizada en piedra arenisca, con forma troncocónica invertida. Sus medidas son; 90 cm. de diámetro y 52 cm.
de altura, más en amplio cilindro que le sirve de base. En su cuba se representan varias escenas, sin
ninguna separación entre ellas.
Más a la derecha, la siguiente escena representa a dos jinetes con
lanza y cota de malla enfrentados y con personaje femenino entre ellos que
sujeta, no las riendas de los caballos como estamos acostumbrados a ver, sino
la espada de uno y la lanza de otro. Es un tema bastante visto en la
iconografía románica, aunque no en las pilas bautismales: se trata de la
representación de la “Pax Dómini” o la Tregua de Dios.
La escena que sigue está formada por cuatro personajes. Los dos
centrales, son una pareja abrazándose, mientras un hombre, quizás el criado de varón
parece dirigirse a los amantes, mientras en la parte derecha una mujer, con
manto toca y barbuquejo, apoya su mano y empuja la espalda de la muchacha hacia
su amante. El realismo de la escena recuerda capiteles y canecillos de la
iglesia de Cervatos.
El friso sigue con una escena en la que se presenta a un músico
tocando una vihuela con arco acompañado de una bailarina, normalmente
interpretada como escena de juglaría, y concluye con dos personajes semidesnudos
luchando.
Las últimas costumbres en algunas iglesias consisten en situar la
pila en un habitáculo de reducidas dimensiones y contra la pared de tal manera
que su acceso es imposible para cualquier visitante y menos para los que ya
tenemos cierta edad, por lo que hay que captar algunas imágenes de forma inverosímil,
pero bueno el caso es poder contemplar estas bellezas.
Renedo de Valdavia
La iglesia de San Esteban de Renedo de Valdavia que hoy contemplamos
no es más que un simple recuerdo de lo que fue en su origen, pues casi nada
queda del antiguo templo románico, pero en su interior conserva una pila
bautismal que se puede considerar como uno de los ejemplares más bellos de la
provincia palentina.
Es de forma troncocónica y se alza sobre una basa cuadrada con
círculos de cordoncillo y baquetón, con adornos en las esquinas. La copa se
decora en la parte superior con una serie de círculos que enmarcan florones de
cinco y ocho pétalos inscritos.
En la parte inferior podemos ver una serie de arquillos de medio
punto que apoyan en basas y columnas coronadas por capiteles y en las enjutas
entre los arcos vemos motivos vegetales completando la decoración.
Son varias las escenas que se muestran en los diez arquillos que componen
la decoración de la copa; la más interesante es la de la Epifanía, que está
grabada en cinco arquillos consecutivos, de los cuales, en los tres primeros
pertenecen a los Reyes Magos a caballo; en el siguiente aparece la Virgen con
el Niño Jesús y por último vemos a San José portando un bastón de peregrino.
A continuación vemos lo que parece una escena de bautismo con dos
personajes en actitud orante y un sacerdote con los brazos elevados y a su lado
una pila bautismal decorada con una cruz.
Por último se representan dos escenas que parecen representar el bien y el mal. Vemos en la primera a Sansón desquijarando al león y en la segunda una escena de lucha entre un personaje ataviado con cota de malla, armado con espada y escudo que pelea contra un monstruoso dragón con cola de serpiente que ha mordido su escudo.
Osorno la Mayor
En la iglesia de Nuestra
Señora de la Asunción, de Osorno se conserva una pila bautismal románica,
ubicada a los pies de la nave de la Epístola, custodiada por una reja de madera
que hace las veces de baptisterio.
Su copa es de forma troncocónica invertida y está decorada por
medio de unos interesantes relieves bajo unos arquillos de medio punto que
apoyan en ocho columnillas. En las enjutas de los arcos podemos ver unos
motivos vegetales demasiado simples.
a base de la pila es un enorme tambor estriado bastante
erosionado, que no creo que sea el original ya que parece que ha sido
reaprovechado de alguna gruesa columna.
Esta pila de Osorno es un interesante ejemplar, aunque su calidad deja bastante que desear por su poco
refinada y tosca ejecución, decorada con unos temas característicos de la
escultura románica del norte de Palencia
Las escenas que se representan en toda la superficie de la copa
son; una mujer a la que dos serpientes muerden sus pechos, que personifica la
lujuria; un centauro sagitario con su arco. Sansón desquijarando al león mientras otro personaje le tira de la cola; dos grifos afrontados y la escena del profeta Daniel en el foso de los leones.
La pila tiene unas medidas, de 90 cm. de diámetro por 70 cm. de
altura. Su cronología ronde las últimas
décadas del siglo XII.
Itero Seco
Iglesia de San Miguel de Itero Seco es un templo barroco donde
destaca la pila bautismal colocada en el lado del Evangelio junto al altar
mayor. Sin duda esta pila bautismal perteneció a la antigua parroquia de este
pueblo, ya desaparecida.
La copa es bastante irregular y tiene forma troncocónica invertida
que descansa sobre una basa circular con una serie de perlados en la parte superior y por un gran zigzagueado en la inferior. En conjunto las
medidas de esta pila son; de 111 cm. de
diámetro por 83 cm. de altura.
La decoración de la pila de Itero Seco se dispone sobre la copa,
cuya superficie cubre totalmente y está decorada por motivos demasiado toscos,
procedente de algún taller rural.
En el tema central se presenta una gran pila bautismal en cuyo
interior se encuentra un varón adulto.
Junto a la pila podemos identificar a un sacerdote tonsurado que oficia
la ceremonia bautismal, y un segundo personaje que, aunque carece de cualquier
distintivo sacerdotal, viste de modo similar al anterior y sujeta otro
libro.
Llama especialmente la atención la presencia de dos cabezas, una de
animal enseñando la dentadura y otra humana tocada con una especie de turbante.
La última figura de esta
escena está ubicada a la derecha de la pila y corresponde a un varón barbado
que se cubre con un corto paño y tiene los brazos cruzados sobre el pecho. El
resto de la copa se decora con una cruz flordelisada, un florón estrellado.